Pensar Cardona (II)

Sebastián Cáceres Último Momento
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Hace casi once años atrás (noviembre de 2012) en este mismo espacio escribíamos una columna (Pensar Cardona), sobre la necesidad de que la ciudad trazara un camino para saber hacia dónde se quiere caminar, qué objetivos perseguir y de qué manera poder alcanzarlos. Eran tiempos en que en el país se daban los primeros pasos para la creación de la UTEC (Universidad Tecnológica del Uruguay) y a nivel local se discutía sobre la eventualidad de que el fútbol regresara al departamento de Soriano.

Una década después, poco y nada se ha avanzado y la ciudad transita su tiempo como si la planificación, los planes de desarrollo, su crecimiento, dependieran únicamente de factores externos, sin compromiso alguno de todos nosotros.

Pensar las ciudades, aprovechar sus potencialidades, planificarlas y encontrar ideas y apoyo en los ciudadanos son caminos para lograr el desarrollo de los pueblos, más allá de su dimensión, población o presupuesto. Y en eso debemos reconocer nuestra falencia de no pensar la ciudad de aquí a 20 o 30 años.

Las ciudades son un lugar de ebullición de nuevas ideas y prácticas por la acumulación de los factores humanos, trabajo y capital. Son el motor de la riqueza cultural, social y económica de los pueblos. En ese marco es necesario redefinir sus competencias para que tengan la autonomía suficiente que permita potenciar el intercambio de ideas y la participación ciudadana como factor clave para impulsar su desarrollo.

Sin una sinergia entre lo público y privado, sin generar ámbitos de participación donde los vecinos se sientan escuchados y sean participantes activos de los asuntos de interés público, donde las autoridades no se cierren a concebir la gestión pública a un plazo de tan solo cinco años, son aspectos necesarios para mantener vivos los cimientos del  nacimiento y desarrollo de la comunidad.

Un claro ejemplo de esta concepción es la apatía de nuestras autoridades (municipio) de colocar a la ciudad en la consideración de la Universidad de la República (Udelar) para la instalación de la Regional Sur Oeste.

El 13 de enero pasado, Centenario informó cuáles eran los aspectos centrales que el Rector de la Udelar, Rodrigo Arim, consideraba vitales para la instalación de esa Regional. La conectividad de la eventual nueva sede universitaria con otras ciudades de los departamentos de Soriano y Colonia, fue el primer requisito que manejó y allí indudablemente, por su condición natural Cardona se posiciona sola, porque no hay ninguna otra población en la región, capaz de tener la conectividad con que cuenta  nuestra ciudad.

Pero colocar a Cardona en la consideración de las autoridades universitarias ha quedado en manos únicas del edil departamental Damián Valentín, sin que esa posibilidad sea el sentir y el trabajo de una comunidad que en lo más amplio de su concepción esté bregando por esa meta.

Sin una ruta trazada para los próximos años, situaciones como ésta quedaron libradas siempre a la acción individual de algún actor público o privado, perdiendo la dimensión y la fuerza que una gestión colectiva le daría al caso.

Los Municipios están llamados para proyectar el desarrollo de los pueblos, no solo para cumplir con el abc de la acción municipal (calles, iluminación, limpieza, etc), sino y fundamentalmente para impulsar aspectos que hacen al crecimiento como personas de quienes habitan el Municipio. La educación es uno de ellos.

Pero para eso necesitamos un gobierno local que abra sus puertas, convoque a los integrantes de la sociedad, a sus instituciones y colectivos, para pensar la ciudad de aquí a 30 años

Los Municipios cuentan con el respaldo y legitimidad que dan las urnas, por lo tanto son el actor principal para sentar las bases de la participación, planificación e implementación de acciones capaces de dar a la ciudad una mirada estratégica y global de lo que se quiere para su futuro.

Salir de los micro problemas que a menudo nos distraen como son el tapar los pozos, arreglar los focos de luz, o las veredas, y situarnos en lo macro para trazarse una mirada a largo plazo, es la única forma de adelantarse a los problemas que el mundo de hoy nos impone y captar aquellas oportunidades disponibles que permitan proyectar la comunidad.

Solo así se logra un desarrollo equilibrado, abarcativo e inclusivo, donde no todo quede librado a la impronta del mercado ni a la buena voluntad del gobernante de turno. Mirar más allá del momento siempre es un desafío, la clave está en resignarse a cubrir las demandas del momento, o asumir que el destino de un pueblo no está librado a su suerte, sino a la capacidad de su gente de construir su propio futuro.

La instalación de la Regional Sur Oeste de la Udelar es un buen pretexto para iniciar un proceso que nos permita trazar una mirada más allá de la que tenemos hoy.

Sebastián Cáceres. Editorial Centenario, miércoles 25 de enero 2023

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