Suman esfuerzos para que la grafomotricidad en los niños no afecte negativamente sus emociones

Ciudad Cultura
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Docentes de 1º año de la Escuela Nº 9 llaman a “reforzar siempre desde lo positivo” y si hay cosas para mejorar “tenemos que ver cómo ayudarlos

La Escuela Nº 9 “Martín José Artigas” de Cardona fue sede este miércoles de un taller sobre “La grafomotricidad en los niños y la incidencia de las emociones”, dedicado a padres de alumnos de 1º año del centro de estudios, actividad que fue coordinada por las maestras Alexandra Vener y Agustina Pereira, el equipo directivo de la institución, que estuvo a cargo de los Licenciadas Psicomotricista Sol Pérez y la Psicóloga Florencia Silva, con la presencia de medio centenar de padres y madres.

La docente Alexandra Vener, en diálogo con Centenario comentó que se pensó en esta actividad teniendo presente el trabajo diario, “donde la grafomotricidad tiene que ver directamente con el escribir, de cómo el niño utiliza el lápiz, apoya la mano, como lograr formar el trípode con sus dedos para poder escribir, viendo nosotros algunas dificultades”. Aseguró que las mismas no tienen que ver derivación a un profesional, “sino que se pueden ir corrigiendo en cada casa, junto a los padres, para mejorar las posturas del niño para que pueda escribir de la mejor forma posible”.

La docente comentó que la Psicóloga Florencia Silva viene trabajando desde hace algo más de un mes con la Escuela en un proyecto, que fue aprobado por la Inspección, contándose con la colaboración de la Comisión de Fomento, de los padres a través de los beneficios. “Surgió con la participación también de la Psicomotricistas Sol Pérez (exalumna), el hacer algo en conjunto para conversar sobre estos temas, sobre el prenderse y desprenderse la túnica, contar con un lugar adecuado donde trabajar en la casa, donde hacer los deberes, la importancia del lápiz, de la punta, dándose un intercambio muy rico y encuentro que nos dejó muy contentas”, indicó.

Pasar de inicial y hoja blanca, a un cuaderno reglado

Vener comentó que las emociones del niño tienen mucha incidencia en la forma en que escriben, a veces utilizan más fuerza de la debida sobre el cuaderno, la forma en que diagraman el mismo, como lo utilizan, pueden doblar las hojas. “Nosotros le pedimos a los padres el refuerzo positivo a las cosas que les decimos a nuestros alumnos. Las maestras de primero empezamos a trabajar la letra cursiva, pero porque está dentro del programa y hay que abordarlo, pero con la libertad de que el niño vaya haciendo lo que puede dentro de las posibilidades y recursos que tiene, porque enfrentan un gran cambio, pasan de inicial y hoja blanca, a un cuaderno totalmente reglado”.

Puso como ejemplo casos que les ha pasado como docente, de niños que llevan su cuaderno a casa con trabajo destacado, “la maestra me dijo que está muy bien lo que estoy haciendo, pero el padre le pregunta “¿es verdad que te dijo eso?, porque esto está desprolijo, no está bien”. Eso también lo hablamos, nosotros vamos haciendo un seguimiento del niño desde el comienzo del año, el transcurrir de ese cuaderno, que es un documento muy importante, donde se ve todo el progreso que el niño hace. Por eso pedimos a los padres el reforzar siempre desde lo positivo y si hay cosas para mejorar tenemos que ver cómo ayudarlos juntos”.

Comentó que los padres son parte fundamental en la educación de sus hijos y “debemos agradecer a todos aquellos que son receptivos con lo que nosotros les decimos, porque entienden que lo realizamos desde un lugar de respeto, ir adelante y ayudar, nunca restar”. Finalizó indicando que se debe buscar el momento adecuado para que el niño cumpla con los deberes, pero sin forzar una situación angustiante, menos que termine siendo violenta.

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